La semana comenzó con anuncios económicos, pero terminó sobrecargada de política. Probablemente ese sea el clima que dominará la coyuntura durante los próximos quince días, en los que no habrá que esperar giros inesperados desde el Palacio de Hacienda, pero sí más señales desde las entrañas del Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
Solo la decisión de correrse el jueves del mercado cambiario sacudió (en el sentido literal de la palabra) a los inversores. El resto de las definiciones económicas todavía no llegaron a la superficie. El corto plazo todavía está pendiente de los contactos cotidianos que tiene el equipo económico con el staff del Fondo, con el que esperan alcanzar -en las próximas dos semanas- un acuerdo que demuestre que hubo rediscusión (como le pide el kirchnerismo a Sergio Massa) y envío anticipado de desembolsos.
El único pronóstico de la semana que se cumplió fue la lluvia del viernes, que trajo algo de alivio a la zona centro. El impacto de la sequía todavía no se fue, porque la siembra del maíz de invierno será una pesadilla si los suelos no se hidratan lo suficiente antes del inicio de junio. Anoche los expertos contaban milímetros caídos como si fueran dólares entrando al BCRA.
Como sucede en las últimas semanas, habrá que cruzar la bocacalle con cautela, ya que el semáforo sigue intermitente.
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El Cronista