
El presidente Javier Milei sigue adelante con su particular agenda internacional. Luego de pasar varios días en Europa para recibir premios y autopostularse al Premio Nobel de Economía -con la parada obligada en España de por medio, donde siguió sumando puntos con la derecha de ese país, además de subir el tono de la pelea con el Gobierno de ese país- ahora también recalentará el clima en la región.
El primer gesto negativo que dio es el de no asistir a la Cumbre del Mercosur, el lunes que viene en Paraguay, una decisión que tiene que ver sobre todo con evitar un encuentro con su par de Brasil, Lula Da Silva, pero que además es todo un gesto negativo hacia el bloque, que ya bastante maltratado viene.
Por si no alcanzara con esto, Milei ampliará el combo. Irá a Brasil, pero no se verá con el presidente sino con Jair Bolsonaro, exmandatario y principal referente de Milei en la región.
Lo que comienza a preocupar es el tono de las relaciones internacionales en general -algo que ya se venía viendo-, pero ahora también se suma la suba de tensiones con Brasil, por lejos el principal socio comercial de la región.
De acuerdo con los últimos datos de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), el comercio entre ambos países tocó los u$s 2214 millones en mayo pasado, una reducción interanual de 28,1%. Incluso los números rojos preocupan si se observa que la importante caída de las exportaciones argentinas hacia Brasil, del 8% en mayo.
Y la postura del gobierno argentino no hace más que sumar preocupaciones en este sentido. Porque en caso de ensombrecer la relación, no habría por qué pensar que debería mejorar la relación comercial.
Habrá que esperar para ver cuál es el nuevo foco de conflicto que abre Milei en el plano internacional. Ya pasaron China -a quien trató de «comunistas»-, España y ahora Brasil. Todos centrales de las relaciones comerciales de la Argentina.
El Cronista