Nadie dijo que sería fácil. Tampoco que todo se iría al otro extremo y que sería una carnicería. Pero sí siempre se supo que la relación podría no ser la más óptima entre Federico Sturzenegger -ahora ministro de Transformación del Estado- y Luis Caputo.
Apenas se supo que Sturzenegger formaría parte del Gobierno, las conjeturas respecto de cómo sería su interacción con el actual ministro de Economía comenzaron a surgir. Es que las diferencias entre ambos funcionarios no son nuevas. Ya en 2017, en plena presidencia de Mauricio Macri -donde también fueron funcionarios-, tuvieron algunos encontronazos que son justamente los que hoy hacen pensar que lo que vendrá no será fácil.
En ese entonces Sturzenegger era el titular del Banco Central y defendía ante cualquiera sus metas de inflación. Y en medio de esto, hablaba de la independencia del Banco Central.
Pero Caputo -ministro de Finanzas- salió a desacreditarlo y subió 50% las metas de inflación. Allí se empezó a romper una relación que según muchos ya no estaba en un gran momento.
Ahora todas las miradas están puestas en lo que viene; en lo que será esta nueva etapa de la relación entre ambos funcionarios. «No nos rozamos y tenemos una relación excelente», dice Sturzenegger.
Para que esto fuera posible el presidente Javier Milei debió ponerse también el traje de mediador. Consiente de la historia, intentó delimitar las funciones de cada uno. Lo que quedará por ver ahora es cómo se manejan dentro de esos carriles.
Incluso hasta desde lo discursivo se ve ese intento de muñequeo. A Caputo lo felicitó varias veces en público por la baja de la inflación y los esfuerzos por alcanzar el déficit cero, y para que Sturzenegger no fuera menos Milei dijo que era «un gusto» el que se estaba dando al incorporarlo formalmente a su equipo.
Todos intentan que este paso sea en paz. Nadie sabe realmente en qué podrá terminar.
El Cronista