Los subsidios que pone el Estado nacional para que los hogares no paguen el costo pleno de la energía podrían caer este año casi a la mitad respecto a 2023. Según un cálculo de la consultora Economía & Energía, tendrían un mínimo de 5.000 millones de dólares en 2024 (equivalente a 0,8% del producto interno bruto), frente a u$s 9.683 millones previos (1,5% del Producto Interno Bruto).
La estimación está fundada en las características de los precios de la energía y su disponibilidad. Gracias a la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK) de Vaca Muerta el año pasado y pese a que todavía la obra no esté totalmente completa faltan las plantas compresoras, que duplicarán su capacidad de transporte de gas desde Neuquén a Buenos Aires-, la Argentina gastará menos en importaciones de combustibles líquidos (gasoil y fuel oil) y en Gas Natural Licuado (GNL), que además bajaron sus precios. También colabora el mayor aporte de energía hidroeléctrica, más barata que el resto de las fuentes, y los aumentos de tarifas que inició el Gobierno entre febrero (para la luz) y abril (gas natural).
Por todo eso, ya es un hecho que el gasto público en subsidios este año será menor que en el pasado. En la estimación más optimista del trabajo hecho por Nicolás Arceo y Patricia Charvay, las subvenciones a la energía se reducirán al nivel más bajo desde 2019, cuando durante la gestión de Mauricio Macri las tarifas estuvieron más cerca que nunca en los últimos 23 años de reflejar los costos de abastecimiento.
Sin embargo, Economía & Energía también abrió la posibilidad de que los subsidios energéticos se eleven hasta los u$s 6.769 millones. La diferencia de casi 1.800 millones responde a la decisión que tomará el Ministerio de Economía sobre las tarifas para los hogares, sobre todo los de clase media (Nivel 3 de la segmentación) y los de ingresos bajos o los que están en situación de pobreza (Nivel 2).
Fuente: Clarín/Petroquímica