El gobernador bonaerense es ahora el socio más leal de Massa mientras se preparan para relanzar la campaña de UP. La vuelta de Manzur y la incógnita sobre Máximo Kirchner. Los dilemas en Juntos y el juego de las escondidas entre dirigentes que ya perdieron o no quieren perder
Jorge Macri puede ser un sobreviviente del efecto arrastre de Javier Milei gracias a la modalidad que combatió: la elección concurrente. Esta semana la Justicia dispuso que se vote con boletas separadas aunque para agilizar se hará con un solo sobre y una única urna en cada mesa electoral. Macri contuvo la estructura de la UCR en una charla a solas con Martín Lousteau. Sin embargo, no hubo foto, no llega a tanto el afecto radical.
Patricia Bullrich tiene interventor, un vocero ante el círculo rojo. ¿Le aporta votos Carlos Melconian? En su presentación conjunta en Córdoba dividieron roles aunque en el debate presidencial será ella sola en el atril contra sus adversarios. La candidata de Juntos por el Cambio sumó a Martín Tetaz y José Luis Espert, también a Eduardo Levy Yeyati pero bajaron su perfil Luciano Laspina y Hernán Lacunza del PRO.
En la otrora principal fuerza opositora se debate si debe prometer «orden» o sostener el concepto de «cambio». Un importante diputado advirtió a sus pares que hoy la discusión es más emocional que racional y Milei capta el enojo sin necesidad de explicaciones.
«Nos quitó el concepto de cambio y propone una revolución que en realidad es un salto al vacío», cuestionó un hombre cercano a Horacio Rodríguez Larreta. Hasta Espert parece suavizado cuando defiende la educación pública y el rol del Banco Central entre las ideas a preservar mientras se dividen aguas con la UCR por leyes como los alquileres temporarios.
Aunque con el alivio del escrutinio provisorio que dejó al candidato de La Libertad Avanza en menos de 30 puntos, en Unión por la Patria buscan relanzar la campaña con una batería de medidas, propuestas y acciones segmentadas. El próximo 9 de septiembre Sergio Massa compartirá un acto con gobernadores en Tucumán y sumará a Juan Manzur al esquema de campaña, además de empezar a mostrar equipos en distintas áreas y con fundamentos para ‘desarmar’ las promesas libertarias. De eso hablaron en un encuentro muy reservado.
También a Massa le faltan fotos: Cristina Kirchner no volvió a aparecer, el jefe de campaña Eduardo ‘Wado’ de Pedro apenas dio un mensaje en redes sociales sobre las medidas de Economía cuatro días después de los anuncios del candidato y el Presidente intenta que lo escuchen con tirones de oreja a los gobernadores y empresarios por el pago de la suma fija y con críticas solapadas a lo que define como no campaña.
En el pago chico Massa aún no cerró un acuerdo con el ganador local, Julio Zamora. De un lado y otro hubo señales para conciliar. A Zamora no se le permitió pegar su boleta a la de Massa, sólo a la de Juan Grabois. También en agosto ganó allí Milei y hoy Malena Galmarini se mudó al comando de campaña nacional.
La misma división se vio en San Juan donde, como ya contó El Cronista, hay gestiones para una reconciliación entre Sergio Uñac y José Luis Gioja. Sólo la unidad los puede ayudar a remontar.
El factor Kicillof
El que más entendió que hay que redoblar esfuerzos es Axel Kicillof que en Buenos Aires recorre por lo menos tres municipios por día con anuncios y obras. Esta semana hasta se juntó con el Foro de Intendentes de la UCR aunque les dijo que le pidan plata a su candidata, Patricia Bullrich.
Además él, que en cuatro años no quiso asados ni rosca política, cenó el miércoles con una avanzada de intendentes de Unión por la Patria. Unos prometieron pagar la suma fija y otros fueron a manguearlo.
El mensaje de vacas flacas le llegó a Sergio Massa que habla casi a diario con Kicillof y que también pasa al menos una vez por semana por el despacho de Cristina Kirchner en el Senado de la Nación. Este sábado al mediodía juntaron a los intendentes de la Primera y Tercera Sección Electoral en el Museo 17 de Octubre de San Vicente para reorganizar la campaña y frenar la sangría de votos que bien describió el ministro de Seguridad Sergio Berni.
Nadie desmintió al funcionario cuando reveló que hubo intendentes que le cuidaron los votos a Milei a cambio de colarle candidatos a concejales en sus listas. En la que fue la quinta de descanso de Juan Domingo Perón y Evita Massa y Kicillof estrenaron liderazgo conjunto.
Kicillof tiene un problema mayor que la campaña electoral. Su problema es un sector del kirchnerismo. A Máximo Kirchner, presidente del PJ de Buenos Aires y primero en la lista de candidatos a diputados nacionales ya no se lo ve en La Plata. Se autoexcluyó de la campaña y tampoco estuvo ni él ni su amigo Martín Insaurralde en la cumbre de San Vicente. Kirchner arrancó la carrera electoral con tres actos por día. Hoy no hace ninguno.
Sin embargo a la gobernación llegan rumores de listas con nombres y reparto de cargos. Dicen que ya se mencionan posibles ministros y funcionarios de distintas áreas para coparle su futura gestión, si el gobernador ratifica el triunfo de las PASO en la general, de la misma manera que se coparon las listas de diputados nacionales y provinciales con el círculo más estrecho que rodea al hijo de Cristina. En aquel momento Kicillof se plantó y no cedió ni su candidatura ni la de su compañera de fórmula Verónica Magario.
Mauricio Macri tampoco aparece más que en algún tuit. Volvió del campeonato de bridge y ya se fue a actividades de la FIFA. La ratificación de su apoyo a Patricia Bullrich fue en privado.
Massa apunta a la gestión y la segunda vuelta
A Massa no puede no reconocérsele el esfuerzo que hace. Después del domingo con batería de anuncios puso la cara ante la Unión Industrial Argentina aunque le pidió a Daniel Funes de Rioja que diga en público lo mismo que dice en privado, que los empresarios se quejan por la suma fija pero que la pagarían. También anunció que abría el grifo de las SIRA para pequeñas y medianas empresas ávidas de dólares para importar insumos.
En reserva se discute si Milei es un salto al vacío. En una reunión de banqueros se especuló sobre su triunfo y un dólar llegando a $ 3200. Un dirigente de Juntos por el Cambio que escuchó la hipótesis de boca de uno de los participantes se alarmó más que la noche del 13 de agosto.
«¡O sea que un sueldo de $ 320000 serían solo U$S 100!». Tan preocupado quedó el hombre que empezó a preguntarse si él mismo no estaría equivocado y pidió advertir que «los argentinos están votando a su verdugo».
En San Vicente Massa alertó que si ganara la oposición el boleto de tren costaría $ 1100. Junto a Kicillof se necesitan mutuamente, quizás más él al goberandor que al revés. Lo reconoció al inaugurar un paso bajo nivel. Señalando al exministro de Economía de Cristina Kirchner dijo que «es el pilar que nos ponga camino a la segunda vuelta» en referencia al caudal de votos bonaerense.
Pero también apeló a la primera frase de la Vicepresidenta de alto impacto contra Alberto Fernández y algunos de sus ministros. «Si hay funcionarios que no andan echémoslos y si hay políticas que no funcionan, cambiémolas», cerró su discurso.
Se le anticipó su amigo Horacio Rodríguez Larreta que no dudó en echar al ministro de Seguridad Eugenio Burzaco que fue a ver a un sobrino al US Open mientras asesinaban a un ingeniero en el parque 3 de Febrero.
Larreta acordó con Jorge Macri porque todo acto político hoy es de campaña y Diego Santilli designó al más leal de sus soldados, Gustavo Coria. Coria es «la sombra del Colo», dicen, es hijo de un camionero cordobés y él mismo manejó un camión, tienen una buena relación con Hugo Moyano desde su paso por el Ceamse y también con Sergio Berni.
El Cronista
