La inflación pasó la línea amarilla, pero el 10,8% que anotó el IPC de la Ciudad en agosto dejó abierta la puerta para que el Indec arrime un número similar. Eso es a lo que aspira el ministro de Economía, quien ya asumía como inevitable que la devaluación forzara un salto en varios capítulos del indicador. Incluso el FMI anticipó en su Staff Report que el índice de agosto iba a ser de dos dígitos.
¿Está en condiciones el Gobierno de conseguir un dato menor en septiembre? La calma del dólar ayuda, pero no garantiza. La Secretaría de Comercio prácticamente impuso acuerdos de Precios Justos con casi 250 empresas. Lo que debe conseguir ahora es que se cumplan. El Indec dará a conocer ese número crítico una semana antes de la elección general. Un salto por encima de las previsiones puede complicar todavía más las chances políticas de Massa.
El ministro de Economía sigue jugando al límite con el FMI. Sus planteos a favor de reducir el cobro del Impuesto a las Ganancias sobre los asalariados no están acompañados con un análisis fiscal. Los expertos aseguran que el gravamen aporta una recaudación equivalente a 2 puntos del PBI, y si bien lo más probable es que no desaparezca por completo (seguramente se mantendrá para el personal que está fuera de convenio en las empresas), no hay planes que aseguren una compensación.
Massa tendrá el lunes una reunión con los principales dirigentes de la CGT, la ministra de Trabajo Kelly Olmos y autoridades de la Cámara de Diputados. El motivo de la reunión será Ganancias, y se especula con que dispare una movilización hacia la sede del Poder Legislativo, como forma de expresar el reclamo gremial a favor de un cambio en la ley.
El encuentro tiene tono político, ya que Massa ha reiterado su compromiso a favor de impulsar esta reforma en caso de ser elegido presidente. Tal vez le sume algo de fervor a su campaña, ya que da el pie necesario para que los gremios expliciten su apoyo y se movilicen por su candidato. Pero si avanza en alguna medida más inmediata, sus números otra vez quedarán bajo la lupa, al igual que los subsidios a la energía que será necesario afrontar si se posterga el aumento de luz y gas previsto para septiembre.
El Cronista
