Aunque quedan algunos casilleros secundarios por completar, las cartas grandes ya están sobre la mesa. El silencio de los principales referentes del oficialismo sobre la fórmula Wado De Pedro–Juan Manzur solo puso de manifiesto que las negociaciones, como señaló El Cronista en su edición del viernes, no habían terminado. Unión por la Patria finalmente consiguió sellar una lista de unidad, con Sergio Massa como candidato presidencial y Agustín Rossi, actual jefe de Gabinete de Alberto Fernández, como número dos.
La convicción de que con listas divididas solo se garantizaban menos votos alcanzó para que la opinión de buena parte de los jefes territoriales (gobernadores e intendentes) peronistas, que no terminaban de identificarse con el ministro del Interior, convenciese a Cristina y reviviera el poder del Presidente. Y así fue como Massa volvió a mostrar su capacidad de dar vuelta escenarios: en menos de 24 horas pasó de ser socio desairado a líder de una fórmula en la que el kirchnerismo puro no quedó representado. Toda una señal.
Ahora los encuestadores podrán salir a la calle el lunes a testear las fórmulas definitivas que competirán en las PASO y los inversores podrán hacer apuestas sobre perspectivas más certeras. Para la economía, la inquietud inmediata pasará por saber si Massa será candidato y ministro, y cómo será el tránsito de la coyuntura hasta el día de las primarias, acuerdo con el FMI mediante. El partido está por comenzar y ya no hay vuelta atrás.
El Cronista