El economista oriundo de Mercedes dirigió 10 años la Casa de Altos Estudios y, en contraste con un presupuesto creciente, cada vez se nota un mayor deterioro de la infraestructura de sus delegaciones. La situación de San Fernando y su Profesorado de Educación Física es preocupante: un edificio histórico se encuentra en pésimas condiciones, hace 2 años que no funciona un natatorio que era modelo y el equipo de Handball abandonó su sello por el mal estado de un gimnasio. Además, un predio con salida al río se está convirtiendo en un basural por falta de mantenimiento.
A la redacción de este medio llegaron fotografías que denotan una lamentable realidad en la Universidad Nacional de Luján, en su sede de San Fernando, zona norte: un terreno inmenso con salida al río totalmente deteriorado, donde se acumula basura en espacios que deberían poder aprovechar sus estudiantes; además, un gimnasio que se inunda con cada lluvia, una pileta de natación inutilizable y un edificio de principios de siglo XX en un estado deplorable.







Estas imágenes dan cuenta de la desidia con la que se ha administrado la UNLu de San Fernando durante la gestión del rector Antonio Francisco Lapolla, responsable del desprestigio de una institución muy reconocida y arraigada en la sociedad desde su época como CEF-13 y posterior INEF (Instituto Nacional de Educación Física). El economista, nacido en la ciudad de Mercedes, dirigió 10 años a la universidad, entre 1994 y 2001 y en un segundo mandato desde 2017 al que ingresó por lista única. Desde ese momento se llegó a la triste situación actual.
Lapolla, aunque antes estuvo de acuerdo, ahora se opone a un proyecto que beneficiará tanto al alumnado como a la comunidad de la ciudad. En un predio de 10 hectáreas que pertenece al Estado Nacional y fue cedido al Municipio por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), se creará una reserva ecológica educativa y mejorará un espacio verde para la práctica deportiva.