Tras las críticas de Villarruel, Paoltroni anunció que no lo vota. ¿Qué hará Pagotto? En la Rosada se muestran tranquilos. Susana Medina, la jueza que podría aventajar a García-Mansilla y entrar a la Corte.
Entre las dificultades que encontró el Gobierno en el Senado para intentar hacer juez de la Corte Suprema a Ariel Lijo en las últimas horas apareció una inesperada: la resistencia del propio bloque oficialista. El formoseño Francisco Paoltroni se sumó este fin de semana a las críticas hacia el magistrado que ya había expresado la vicepresidenta Victoria Villarruel y anunció públicamente su negativa a acompañar el pliego. Pero las malas noticias para el presidente Javier Milei no terminaron ahí. Su senador vaticinó también que está el número en la Cámara alta para resistir a Lijo. “Hay una mayoría de senadores que se opondrán. Los suficientes como para no lograr los dos tercios”, prometió en radio Rivadavia.
Paoltroni tiene razones tanto para oponerse a Lijo como para mostrarse molesto con el gobierno que integra. El formoseño no está dispuesto a votar al juez que abrió la puerta para el sobreseimiento del gobernador de su provincia, Gildo Insfrán, en la causa en la que se investigó el canje de deuda pública durante 2010. Pero además, es probablemente el primer herido de la gestión libertaria. En diciembre, apenas diez días después de haber sido confirmado como presidente provisional del Senado, ese lugar le fue arrebatado y quedó para Bartolomé Abdala. Desde entonces, piensa en la venganza y lo avisó sin ningún prurito: “El que las hace, las paga”, le dijo a Villarruel en la primera sesión de la Cámara. Quedó asentado en la taquigráfica.
Cerca suyo aseguran que otro senador libertario podría sumarse al rechazo a Lijo. El riojano Juan Carlos Pagotto, quien además ocupa un cargo clave: preside la Bicameral que controla los DNUs. Pagotto se ha negado a hablar públicamente del tema Lijo hasta hoy, aunque sí fue muy gráfico sobre lo que siente por una parte de la oposición política: “Al kirchnerismo le tengo asco desde su avenimiento”, aseguró hace algunas semanas. Teniendo en cuenta que sin los votos del peronismo será imposible que el gobierno logre nombrar a Lijo en la Corte, la declaración cobra relevancia.
En los dos bloques legislativos libertarios dan por hecho que Milei acordó con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner para lograr la designación de Lijo. En Casa Rosada no lo desmienten. Cristina se mantuvo en las últimas semanas en un silencio sugestivo respecto del tema. Sus senadores aún no saben cómo votarán si llega el momento.
Un acuerdo de esa magnitud no sólo reconfiguraría el mapa del poder actual y dejaría a Mauricio Macri y sus votos en el Congreso recalculando, sino que también implicaría un desafío político para muchos integrantes de La Libertad Avanza. Igual que Pagotto, Paoltroni avisó: “Lo raro sería que algunos que se dicen antikirchneristas voten con los K. Si a Lijo lo vota el kirchnerismo, sospechá”.
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Entre los oficialistas en la Cámara baja, la versión es taxativa. ”A Lijo lo promociona la doctora. Hay un acuerdo de gobernabilidad. Poco importa lo que diga Paoltroni”. Es un bloque extraño el de los diputados libertarios y en los últimos días estuvo al rojo vivo, después del intento de Karina Milei de desplazar a Oscar Zago de la presidencia de la bancada para designar allí al cordobés Gabriel Bornoroni. En auxilio de Zago salió el mismísimo Javier Milei, reeditando así las diferencias que ha mostrado hasta aquí con su hermana por el manejo de la comunicación oficial (Manuel Adorni vs Eduardo Serenellini) y la Anses (“Lule” Menem vs Mariano de los Heros), entre otros lugares clave. “No somos Marra”, se vanagloriaba ayer un diputado, en referencia a la decisión de Karina de correr a Ramiro Marra de la presidencia del bloque en la Legislatura porteña, presión que el youtuber no pudo resistir y Zago sí.
La bancada de diputados nacionales, de todas formas, no es un bloque compacto y cuenta también con sus heridos. Carlos D’Alessandro tenía prometida la presidencia de la comisión de Previsión Social y media hora antes de asumir Martín Menem le avisó que el lugar lo ocuparía una diputada radical: Gabriela Brouwer de Koning, que este jueves intentará sacar dictamen de una fórmula de actualización de las jubilaciones que reemplace el decreto presidencial.
Desatentos a los heridos, sus reclamos y sus lecturas, cerca de Milei no muestran preocupación por lo que puedan hacer los senadores si se enfrentan a la opción de apoyar o no a Lijo. “Son opiniones personales. Cuando llegue el momento, los votos van a estar”, aseguran con confianza. Todavía el Gobierno no inició el camino que deben recorrer las postulaciones, que tiene sus tiempos: publicación en diarios, plazo para recibir impugnaciones y observaciones, envío del pliego, tratamiento en comisión y finalmente llegada al recinto, adonde debe reunir los dos tercios de los votos.
La otra propuesta para la Corte que llegó junto con Lijo, la de Manuel García-Mansilla, es leída como prenda de cambio en despachos políticos y judiciales. La semana pasada, en una opípara comida que reunió a un juez federal con cargo directivo en una asociación de jueces, dos camaristas y otras personalidades del ambiente, los magistrados daban por hecho que Lijo será nombrado en la Corte y que García-Mansilla quedará en el camino. Su lugar, aseguraban, será para la entrerriana Susana Medina. ¿Otra de las expresiones de las distintas miradas entre los hermanos Milei? Al tanto de estos corrillos, en Casa Rosada salieron a contener la embestida. “Los dos o ninguno”, advirtieron respecto de los postulantes. Tal vez obliguen así a Lijo, que encabeza la búsqueda de votos para sí mismo, a hacer proselitismo por García-Mansilla.
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