Después del debate presidencial, ahorristas e inversores siguieron de salida. Subieron los dólares financieros, bajaron los bonos, el riesgo llegó a 2.600 puntos.
Después de un primer debate presidencia, la primera rueda de octubre mostró ayer en la plaza financiera argentina que la temperatura del paciente sigue subiendo.
«El mecanismo para debatir organizado por el Gobierno fue un fiasco -protestaron los analistas-, ya que las reglas del encuentro entre candidatos en Santiago del Estero terminó en una sucesión de disertaciones tipo telegrama: como si cada aspirante a la Casa Rosada hablara como si estuviera en ‘X’, la ex Twitter, y con eso no se profundizaron los temas, nadie explicó qué va a hacer para sacar al país adelante, y sobre todo la política no explicó de qué modo se va a cortar el gasto a sí misma»
Además, profesionales de todas las orientaciones advierten que dolarizar no resolverá el déficit fiscal y la presión social resucitará las cuasi monedas. Y con ese marco la realidad de la economía entró en un callejón aún más vertiginoso: los precios desaparecen; de la góndola a la caja, el valor de los productos está cambiando con cada paso y esto significa que ya estamos en híper». Y por cierto, para ratificar esto, se cortó el uso de tarjetas de crédito en una amplia cantidad de comercios: «se tarda mucho en cobrar y los que venden algo quieren pesos ya, para cobrar e irse».
La reacción del mercado
Con ese contexto de emisión sin fin (debieron importar desde China una cantidad de billetes de pesos equivalente al triple de lo que imprime la Casa de la Moneda local), la reacción fue la esperable, y la que marcará que no hay escenario posible para un rally electoral. A pesar de que el BCRA quemó una gran cantidad de reservas y bonos, los dólares financieros saltaron más, el blue se mantuvo quieto, pero los bonos perdieron más valor, y el riesgo país saltó 57 unidades hasta 2.600 puntos básicos (algo que no se veía desde hace cuatro meses). Y la Bolsa local se secó: perdió volumen, los precios bajaron en pesos, aún más en dólares, con los ADR argentinos que cotizan en Nueva York bajando en bloque.
Este torbellino del mercado local muestra también señales inquietantes a nivel mundial, que seguramente complicarán más a los mercados emergentes y a los endeudados en general. Ayer salió un indicador sobre el sector manufacturero norteamericano, que mostró crecimiento, de 47,6 puntos a 49, y están todos los analistas muy inquietos porque esta es una semana repleta de difusión de índices laborales norteamericanos, los que parecerían indicar que hay expectativa de un PIB fuerte para la economía estadounidense.
Eso confirmó la idea de que la Fed no tendrá más remedio que cumplir con lo que viene anunciando: la tasa base del organismo subirá otros 25 puntos básicos en noviembre o diciembre, y el costo del dinero se mantendrá alto durante buena parte de todo el 2024. Con eso, ayer las tasas largas de EE.UU. se aplanaron aún más, con suba pronunciada en las de plazos más extendidos: se pagó 5,5% anual a 1 año de plazo, 4,7% a 5 años, 4,7% a 10 años y 4,8% a 30 años. Estas son las tasas de interés más altas en 16 años, y con eso volvió a tomar fuerza el súper dólar global, que trepó ayer contra todas las monedas fuertes del mundo. En el exterior el dólar saltó 2,2% en Chile, 1,4% en México, 0,9% contra el euro y la libra, 0,6% en Brasil, 0,3% en Japón y 0,1% en China.
Iniciativas de Massa
Y mientras esa situación se daba con el billete verde en el exterior, el ministro candidato Sergio Massa rompió la veda, ya que aprovecha su puesto contra el resto de los competidores anunciando que antes de las elecciones enviará al Congreso una ley para crear la «moneda digital argentina». Pero los que recibieron los beneficios de mejoras en ganancias o devoluciones de IVA no le hicieron caso al ministro. Les dijo «compren un autito, no me compren dólares», pero mientras el blue se mantuvo sin cambios, los dólares financieros siguieron imparables.
Ayer se pagó el vencimiento de un cúmulo de bonos (BN2M4, BN2M6, BN2S4, BNM26, BNS24, BUC2O, IRCBO, IRCDO, MTCGO, PAA0, PAE0, PAE5, PAP0, PARA, PARE, PARP, PARY, PAVA, PAVP, PAVY, PAY0, PAY5, PBS24, RFCDO, T2V4 y YMCJO) y con los pesos en sus cuentas hubo una masiva presión sobre los dólares MEP y CCL, que logró vencer al Banco Central que se desprendía de bonos sin parar y que perdió en un solo día una durísima cantidad de reservas. Con dólar agro, con dólar soja 5.0 y con dólar Vaca Muerta, el BCRA apenas pudo comprar en el mercado US$ 3 millones, y al final del día, con muchas caras de preocupación, el Banco Central informó que perdió reservas por US$ 285 millones.
El dólar en Argentina
Quedó en evidencia, además, que el mercado de bonos está convertido en una verdadera casa de cambios gigantesca. Ayer, sobre el buen volumen total negociado en bonos, el 70% de lo transado fue en los dos bonos que conducen al MEP y al CCL: los títulos AL30 y GD30. Así los pesos que entraron en las cuentas fueron al MEP (para luego pasar a cajas de seguridad o al colchón) o directamente fueron al CCL, para fugar más capitales del país. Con eso, el dólar blue no cambió y cerró a $800, el Senebi subió $4 hasta $814,03, el MEP saltó a un nuevo récord con incremento de $8,88 hasta $709,89 y el contado con liquidación también llegó a un valor sin precedentes, al subir $3,66 hasta $831,82. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 118% y la brecha entre el CCL y el mayorista saltó hasta un récord del 138%.
Los bonos argentinos bajaron ayer en promedio otro 1,4%, caen violentamente desde las PASO, y ayer el riesgo país saltó 57 unidades hasta 2.600 puntos básicos, en la estratósfera, confirmando que están absolutamente «stand alone», sin tener ninguna posibilidad de volver a tener acceso al crédito.
Al mismo tiempo, los datos sostenidos de la economía norteamericana, mas los índices laborales que están por salir, y fundamentalmente la premisa bursátil que advierte tener mucho cuidado con los meses de octubre, porque las Bolsas en general bajan, la Bolsa de Nueva York tuvo ayer un cierre mixto: el Nasdaq subió 0,7%, el S&P no cambió y el Dow cedió 0,2%. Mientras que la Bolsa de San Pablo cayó 1,3% y la de México subió 0,8%.
Y en la Bolsa de Buenos Aires las cosas estuvieron un poco peor. Seco de negocios, el índice S&P Merval perdió ayer 0,4% en pesos pero 1,1% en dólares, con los ADR argentinos en Nueva York bajando en bloque. Con $7.847 millones operados en acciones (uno de los volúmenes diarios más bajos de los últimos tiempos) y $18.461 millones en Cedears, la Bolsa porteña perdió valor y los ADR mostraron una baja en bloque del 1% al 4,5% para papeles como Supervielle, Galicia, Edenor, Bioceres, Cresud, Central Puerto, Macro, Telecom, IRSA y TGS.
Con toda esa situación de fondo, y con tasas tan fuertes en EE.UU., mas altas y por más tiempo, se está alterando el valor de las commodities, lo cual plantea un riesgo desconocido para el trabajo de los bancos centrales: el CEO de JP Morgan advirtió que pueden fallar, y que la tasa base de la Fed puede subir al 7%, mucho más de lo pensado, lo cual sería algo bien complicado para los activos de riesgo. De ahí que el Bofa anticipó que el S&P de Nueva York, que ayer cerró a 4.288 puntos, puede romper el piso de 2.800 puntos pronto.
Baja del petróleo
Así, con una economía global que será orientadas a una desaceleración (con movimientos inquietantes en China y Japón), ayer el petróleo cayó 2,5%, los metales preciosos fueron otra vez para abajo, los metales básicos actuaron mixtos, en Chicago los granos anotaron una fuerte suba sobre todo para el trigo, en Rosario saltó el maíz, y encarece la alimentación de ganado y pollos. Y con probabilidad de incertidumbre financiera global, el bitcoin repuntó 3,4%, con subas menores para el resto de las criptomonedas.
Falta cinco días para el segundo debate presidencial, que se hará este domingo en la facultad de Derecho de la UBA. Faltan 19 días para la primera vuelta presidencial. Restan 47 dias para un eventual balotaje, algo que el mercado de futuros del dólar parece presentir. Y aún restan 50 días para que Alberto Fernández se vaya de la Casa Rosada y Cristina Fernández deje el Senado. Ni con estos tiempos el rally electoral muestra alguna insinuación. Desde las PASO, y el triple empate, la Bolsa cae 18% en pesos pero 23% en dólares. Y los títulos públicos argentinos se hunden 22%. Muchos precios son de default, y los compradores no aparecen porque ningún inversor cree que la Argentina está en condiciones políticas y sociales como para que pueda cumplir con los contratos.
El Economista