Passerini y De Loredo ojean los sondeos permitidos antes de la veda electoral. El alto nivel del electorado indeciso impide conclusiones tajantes. Los números frescos.
La campaña por la intendencia de la ciudad de Córdoba ingresa en tiempo de descuento. Los principales competidores, Daniel Passerini y Rodrigo de Loredo, se preparan para los actos de cierre de este jueves, con la mirada puesta en los últimos sondeos de opinión antes de la veda electoral.
En Hacemos Unidos por Córdoba y Juntos por el Cambio no sólo coinciden en la necesidad de fidelizar al electorado cautivo y lograr una mayor participación democrática este domingo. Ambos campamentos también sospechan un final de dientes apretados, porque en el escenario más optimista la brecha asciende a los seis puntos, con ventaja para el radical.
Hay razones adicionales para augurar un final para el infarto. Son los responsables de las encuestadoras quienes afirman que el resultado es “incierto” después de volcar los datos y redactar las conclusiones. Por otro lado, son conocidos los problemas que estos instrumentos tienen para captar la complejidad del pulso social, en especial, con el debate fresco en Santa Fe por el desfasaje entre los anticipos estadísticos y los resultados finales.
El último informe de Opina Argentina, dirigida por Facundo Nejamkis, refleja un nivel alto de indecisos, en el orden del 16%. La incertidumbre sobre el resultado emana de este dato porque la tendencia podría consolidar el triunfo del que asoma primero, o bien, acercar las posiciones con el segundo. La expectativa que genera De Loredo y las ventajas propias de un oficialismo peleando por retener el poder complican aún más anticipar quién subirá al escenario de los festejos.
La encuesta presencial domiciliaria que se llevó adelante del 3 al 10 de julio, con base en 600 casos y un margen del +/- 2,9% de error muestral para un nivel de confianza del 95%, detecta una ventaja de seis puntos para De Loredo con el 36% de intención de voto; mientras que Passerini se ubica en el 29%.
El relevamiento arroja que, tanto en términos de imagen como de disposición al voto (pisos y techos electorales), De Loredo presenta mejores credenciales. El candidato de Juntos tiene 21 puntos más de imagen positiva que Passerini y registra un piso de votos (personas que afirman que seguramente lo votarían) 7 puntos más alto que su principal rival municipal.
Las encuestadoras cordobesas arrojan resultados similares en escenarios que van desde los menos optimistas, que ubican en un 4% la intención de voto al radical, hasta los seis puntos a los que llega la consultora con base en la ciudad de Buenos Aires.
La lectura cordobesista
Desde el punto de vista político, la escudería del gobernador electo, Martín Llaryora, no retruca los datos circulantes, aunque siempre reconoció que el nivel de desconocimiento del viceintendente era un factor de preocupación. Y, si se quiere, un variable reversible.
El repliegue en la pelea estadística obedecería, afirman en el Palacio 6 de Julio, a una estrategia meditada. A diferencia de lo que ocurrió en la ronda provincial, cuando el peronismo agitaba a diestra y siniestra sondeos favorables al delfín de Juan Schiaretti, esta vez prefieren la reserva. Cada tanto sueltan que habrían revertido los guarismos negativos, pero que no los muestran para mantener a la militancia activa en el territorio.
¿Cómo explican, ahora, el cambio notorio de estrategia? El peronismo asegura que para la campaña por la gobernación era necesario agitar la expectativa de la dirigencia, en tiempos de renovación cordobesista. Ahora, deben trabajar full time para asegurarse la continuidad y bloquear el regreso del radicalismo al poder municipal.
Lo cierto es que la verdad revelada se conocerá el domingo, al término del escrutinio provisorio. La Junta Electoral Municipal ya advirtió que priorizará la prolijidad del conteo antes que la velocidad. La única certeza es que será una noche de puros nervios.
Letra P
