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LA CARTA SECRETA DE VILLARRUEL, LO QUE DICE DE KARINA Y EL MATCH CON CAPUTO 

Por los chispazos con la hermanísima, la vice se convierte en refugio de desplazados de LLA y del PRO residual. La alternativa electoral del 2025. El rol de “Bartolo” Abdala.

“Victoria tiene una carta: puede decir juego y cambiar el escenario electoral en la provincia de Buenos Aires”. Con cautela, secretamente, Victoria Villarruel empezó a diseñar su próximo paso. Excluida de la gestión y apartada del armado de La Libertad Avanza (LLA) que digita Karina Milei, la vice proyecta el 2025 como un punto de quiebre en el que puede subirse al ring.

El duelo con la hermanísima, que se disparó con el tuit en el que acusó de “país colonialista” a Francia, todavía no se aplacó. A partir de la visibilización de esa disputa, la vice se convirtió en el refugio de dirigentes libertarios que fueron desplazados por Karina en el armado del partido LLA, avanzada en la que son determinantes los Menem, Martín y “Lule”. Se repite, además, un factor: en muchos casos son libertarios fundadores, como Villarruel o como Ramiro Marra, a los que Karina decidió enfrentar y, si puede, exiliar del ecosistema libertario.

Mendoza es un caso testigo. En esa provincia, donde Milei sacó 72% en el ballotage, referentes del Partido Libertario están en guerra pública contra Lourdes Arrieta, diputada nacional, protegida de Karina y una de las legisladoras que fue en combi a la cárcel de Ezeiza a verse con Alfredo Astiz y otros represores. En su reparto de bendiciones, la hermanísima entronizó a Arrieta como jefa en la provincia. ¿Qué pasó? Se rompió el tabú y aparecieron voces que cuestionan directamente la conducción de Karina.

Villarruel opera sobre una variable: cree que mientras Javier Milei evita confrontar con ella, Karina hace el “trabajo sucio” y hasta acepta que lo haga para “defender a su hermano”. Da por hecho que el presidente y su hermana “no son lo mismo en términos políticos”, y que, en lo que entiende como una cruzada casi personal contra ella, Karina escalará todo conflicto que la involucre. Cerca de la vice hablan de “odio personal” más que de táctica política.

Los escuderos

La vice bajó, en el Senado, una orden: desactivar cualquier armado político. Sin embargo, avanzó en la construcción de relaciones políticas con dos actores de esa casa: Bartolomé Abdala, el presidente provisional, a quien se señala como el “senador más leal” a la vice, y Francisco Paoltroni, que el lunes en una entrevista en Futurock cuestionó la desautorización que Karina hizo de Villarruel con su visita a la Embajada de Francia. Ambos son señalados como escuderos de la vice.

Sin poder en el Ejecutivo, la vice está enfocada en no cometer acciones que la hagan aparecer como “conspiradora” contra Milei. Se beneficia, de manera indirecta, de los castigados por Karina. “En la provincia, hay gente que se junta en nombre de Victoria. Y en todos lados aparecen dirigentes del PRO, o del PRO residual, que piden trabajar políticamente con Victoria. Pero lo hacen sin aval de ella”, explican en el Senado.

En la Cámara alta mencionan, incluso, que los diputados bonaerenses que se apartaron de LLA, distanciados con Karina, habían tendido puentes con la vice antes de que ella los cuestionara en público por votar un proyecto enviado por Axel Kicillof. Aquella queja se interpretó en otra clave: como un reproche velado de Villarruel a Karina porque esos disidentes estuvieron en las listas bonaerenses que armó la hermanísima.

Nacionalismos vs…

En las gestualidades, Villarruel decidió moverse donde Milei no se mueve. Este miércoles estuvo en la Rural, invitada por el titular de la entidad, Nicolás Pino, y en la mesa estuvieron Alfredo De Angelis y Luis Juez, senadores del PRO. También estuvo Abdala. Antes de salir a recorrer el predio, la vice se acercó a saludar a una mesa de excombatientes de Malvinas. Entre ellos estaba Juan José Gómez Centurión.

Es un territorio donde la vice se mueve cómoda, hace alarde de cierto concepto de nacionalismo, y en el que cree que está mejor posicionada que Milei, poco afecto a los protocolos patrios. En el mundo libertario hay una discusión al respecto: mientras el presidente se mira así mismo como el máximo referente internacional de la derecha, y sale de gira por el exterior a buscar aplausos, la vice recorre fiestas provinciales y camina por la Rural.

Un sector de LLA milita que el presidente tenga una actitud más clásica respecto a las cuestiones nacionales. Quizá porque asumen que, en ese ring, pierden con Villarruel. La vice, en tanto, prefiere que su disputa pública sea con Karina, a quien derrota con comodidad. Según un sondeo de la Universidad de San Andrés (UdeSA), la secretaria General de la Presidencia es la funcionaria con peor diferencial de imagen: tiene 30% entre buena y muy buena, pero 46% entre mala y muy mala. Sus datos son peores que los de Luis Caputo, Federico Sturzenegger e, incluso, que Sandra Pettovello, apuntada por varios escándalos con sobresueldos y no reparto de alimentos en comedores.

El ring virtual

La disputa Karina-Victoria derivó, como nunca antes, en una pelea de trolls, un territorio donde se mueve con soltura Santiago Caputo, el gurú libertario, que además de integrar la mesa chica libertaria, junto con los Milei, opera en tándem en cuestiones políticas con Karina. Sin embargo, y el dato es confirmado en los entornos de ambos, la relación entre Villarruel y Caputo es activa desde la campaña, mantienen un “buen diálogo” que no se interrumpió en estos meses a pesar de las disputas entre la vice y el presidente.

Caputo hace lo que, entienden cerca de Villarruel, Karina no hace: “Análisis de riesgos”. En el Senado se sorprenden por las avanzadas de la hermanísima que se arriesga a confrontar con una figura con buenos indicadores en la opinión pública y que, además, le perdió el miedo. El tuit que la vice publicó el miércoles, referido a los silbidos al himno argentino en París, reforzó la postura y se leyó en Casa Rosada como un desafío. “Torea a Karina”, dicen en Gobierno pero, en paralelo, desdramatizan: aseguran que la pelea es un “daño controlado” y que sirve, además, como distracción de otros temas de la agenda, quizá más complicados.

La vice se mueve con otra certeza: que no existió ningún planteo del Gobierno francés respecto a su tuit de respaldo a Enzo Fernández. Opera sobre cierta lógica. Si la administración de Emmanuel Macron hubiese querido hacer una advertencia, el mecanismo formal era notificar al embajador argentino en París, algo que en Cancillería dicen que no ocurrió. No es práctica diplomática que un embajador transmita malestar al país donde está radicado. Tampoco lo es que un funcionario vaya a la embajada. El protocolo es que se convoque a Casa de Gobierno o Cancillería al embajador del país al que se le quiere informar algo, ya sea para una disculpa o una queja.

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