Si dejamos de lado el ejemplo y pensamos en un caso más real (es decir, si tenemos en cuenta que hay muchos bancos y la mayoría de la gente no trabaja en el gobierno), las conclusiones no se alteran. Siempre que el gobierno incurra en un déficit fiscal -y lo financie de esta manera- estaría incrementando la cantidad de dinero en la economía. Lo otro interesante a destacar es que el proceso análogo, donde el gobierno recauda más de lo que gasta, no implica una reducción de la cantidad de dinero. Volvamos al ejemplo anterior y veamos ahora qué sucede si el Estado recauda $500.000, pero aplica una reducción de sueldos y gasta en total $400.000. En este caso, la cantidad total de depósitos no se reduce, se mantiene en $500.000, la diferencia es que ahora el saldo de la cuenta del gobierno quedó con $100.000 y la de los empleados con $400.000. Para que haya una reducción del dinero, el gobierno debería quitarlo de circulación, cosa que sucedería, por ejemplo, si utilizara dicho “superávit” para pagar parte de su deuda pública. Al igual que vimos con el caso de los préstamos bancarios, el hecho de que el gobierno inyecte dinero en la economía no implica automáticamente un problema. Recordemos que la mayoría de esos gastos terminan en los bolsillos de las personas, entonces esto por lo general tiene un impacto positivo en la actividad económica a través del aumento del consumo. Por lo tanto, si se observa que el aumento de la cantidad de dinero provocado por el financiamiento del déficit fiscal viene acompañado de una expansión de la actividad económica, esto no sería un problema. Ahora bien, a diferencia de los préstamos (cuyo destino principal suele ser el financiamiento del aumento de la producción), en este caso el aumento del déficit fiscal puede no tener un impacto directo en el PBI. En realidad, en muchos casos no es que no lo tenga, sino que se utiliza como mecanismo para compensar la caída de los ingresos en momentos donde la actividad económica está en caída. Por ejemplo, si por algún motivo la economía entrara en recesión, eso llevaría a que el gobierno incurriera en un déficit fiscal mayor, precisamente para tratar de compensar la caída del sector privado. Asimismo, el aumento del déficit no solo obedece a la decisión de incrementar el gasto público, sino también a la menor recaudación que sufre el gobierno (por la caída de las ventas de las empresas y los ingresos de las personas). En este caso el incremento del déficit fiscal tampoco sería un problema, siempre que luego, cuando la actividad económica mejore, el gobierno reduzca el gasto para llevarlo al mismo nivel anterior, que combinado con el incremento de la recaudación llevarían a la mejora del resultado fiscal. El problema surge cuando el déficit fiscal financiado a través de la emisión monetaria crece constantemente con relación al PBI. Esto significaría que, año tras año, el gobierno está inyectando una mayor cantidad de dinero con relación al tamaño de la economía. Volviendo a nuestra analogía, eso implicaría que el agua aumenta a una velocidad mayor a la que crece el tanque, lo que tarde o temprano llevaría a que rebalse. ¿Y por qué esto sería un problema para la economía? Como vimos en esta otra edición, el riesgo principal es que (parte de) ese excedente de pesos se vuelca a la compra de dólares, cuya capacidad de generarlos no va a la misma velocidad que la expansión en la cantidad de dinero y por ende eso genera una presión que, tarde o temprano, termina desencadenando una devaluación del tipo de cambio. ANUNCIO: Se viene la segunda edición del Taller de economía La complejidad de la coyuntura actual lo amerita. Así que, junto a Cenital y la Fundación Germán Abdala, vamos a lanzar la segunda edición del taller de economía. Van a ser 4 reuniones virtuales, los lunes de 18 a 20, arrancando el 23 de mayo. El objetivo principal es brindar todas las herramientas para que entiendan la situación macroeconómica actual de Argentina. Para eso, vamos a ir de lo general a lo particular, dedicando una clase a cada uno de los grandes temas de la economía (la falta de crecimiento, la inflación y las devaluaciones del tipo de cambio), para finalmente utilizar todo eso como insumo de la última clase, donde analizaremos la coyuntura actual y el acuerdo con el FMI. En todas las clases vamos a combinar la teoría con la práctica, contrastándolos para obtener un buen diagnóstico. Acá vas a encontrar un detalle pormenorizado de lo que veremos en cada uno de los cuatro encuentros. Quienes se anoten, además de las clases online, van a tener acceso a un campus donde van a poder encontrar bibliografía, artículos complementarios, las presentaciones utilizadas en las clases y otros recursos digitales para profundizar los conocimientos. La inscripción cuesta $7.000 y los cupos son limitados. Para anotarte o para consultas, escribí a esta dirección: informacion.fga@gmail.com. Bonus track Hoy a las 13 se llevará a cabo un seminario donde Andrea González y Juan Carlos Hallak expondrán su reciente trabajo “Coordinación de los sistemas agroalimentarios en Argentina”, elaborado junto a Gabriel Scattolo y Andrés Tacsir. Lo pueden ver en vivo acá (y acá pueden descargar el trabajo). Y a las 19 está el Conversatorio “La Teoría Monetaria Moderna (TMM) y la economía argentina”, organizado por la Universidad Nacional de Moreno. El encuentro se propone introducir a los asistentes a los conceptos fundamentales de la TMM, sus principales implicancias de política y la medida en que su comprensión permite abordar los principales problemas de la economía argentina. Se anotan acá. ¿La economía argentina ya ingresó a lo que la literatura denomina un “régimen de alta inflación’’? La respuesta, acá. La gente de Anfibia Podcast produjo un especial “Malvinas: una batalla en el fondo del mar”, donde se cuenta la guerra, pero desde un enfoque distinto, vinculado a las experiencias de combatientes que estuvieron bajo el mar, en el submarino ARA San Luis. Lo pueden escuchar acá.
Juan Manuel Telechea | Cenital |